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Eduardo Lagos, ¡ay, Laguitos, qué atrevido...!


Eduardo lagos, pianista, medico, periodista, fue un innovador dentro del folklore argentino, nació el 18 de febrero de 1929, en una esquina bien porteña Callao y corrientes, fue así como un día a la edad de 8 años, en la casa de su infancia escucho un tango por la radio, se aproximo al piano y toco el mismo tango.

Inmediatamente sus padres le pusieron como profesor de piano al compositor Juan Carlos Paz quien lo condujo por los caminos de la música clásica.

Por ese entonces en reuniones familiares conoció a los Hermanos Abalos, que lo influenciaron en su orientación folklórica.


Aquí escucharemos dos cds. el mi primero se llama Así nos gusta que es su primer trabajo discográfico y el segundo es el ultimo registro que se tiene de él denominado Pianisimo, en el medio quedan una trilogía de recopilaciones de grabaciones encontradas editada por el sello Melopea.


Pero mejor para entender su carrera musical el escribió en la contratapa del disco Así nos gusta el siguiente escrito, que es totalmente anti blog, por su extensión, pero un resumen de su espíritu musical.



“De entrada, pueden suceder dos cosas, que usted escuche el disco antes de leer esto o después. O que no lo escuche directamente, tercera alternativa que plantea una seria dificultad para seguir adelante.

Porque yo quería pedirle que lea primero y luego oiga, por si no llegaba a darse cuenta de que este disco ha sido para nosotros un excelente motivo de diversión. Si. Puedo asegurarle que nos hemos divertido mucho haciendo este disco. Las sesiones de grabación tenían el sabor de una de esas tantas noches en que nos reuníamos en casa, nosotros, los que nos gusta así, para tocar hasta ampollarnos, sin pensar si salía bien o mal, por el simple gusto de improvisar. Era lo que Hugo Diaz llamaba “folkloressions” en remedo de las jam sessions, y pronunciaba “folkloreishons”, en fonética elemental anglo-santiagueña.”





La olvidada intervienen en este tema Moncho Meirez en guitarra, Oscar Alem en contrabajo, Jorge Padin batería y percusión, Domingo Cura en percusión, y “Hans oreja” era un alias de Hugo Diaz que tuvo que aparecer con ese seudónimo porque su compañía discográfica no le permitía grabar con su nombre.




“Tuvimos la suerte de poder mantener ese espíritu en el estudio. Estábamos con ganas de tocar, y nos quedábamos buscando un lugar donde seguirla, al terminar. Por mementos, la improvisación parecía ensayada, como en distintas acentuaciones rítmicas que marcamos junto Domingo (Domingo Cura) y yo, con reciproca sorpresa por ejemplo, en La vieja y La oncena. Ocurre que vibramos en la misma longitud de onda y entonces, la compenetración resulta una consecuencia natural.


Quizás le sorprenda la jerarquía y homogeneidad singular de los señores ejecutantes que me acompañan – anímica y musicalmente – a lo largo de las once bandas. Provienen de distintas corrientes, populares o no, algunos sin antecedentes públicos en lo folklórico, pero que no tuvieron la menor dificultad para abordar esta novedad. Es lo que decía, aquello de la longitud de onda, extensible a lo mental, además de lo musical. Y vinieron también a disfrutar tocando, sin poses de maestros ni exigencia de vedette, como Astor Piazzolla, por dar un nombre que engloba al resto, a quienes no les importa del primer lugar en su fila, a una cualquiera en otra, siempre que sea para dar testimonio de talento, aunque no necesiten revalidarlo.”




Zamba del que se queda intervienen en el mismo Antonio Agri en violín, Dante Amicarelli en piano, Oscar Cardozo Campo en guitarra, Carlos Gaivironsky en violín, Jorge Lopez Ruiz en contrabajo, Oscar Lopez Ruiz en arreglos y dirección orquestal, Jorge Padin en batería, percusión, P Néstor Panik en viola, Víctor Pontino en violoncello, Mariano Tito en vibráfono , Astor Piazzolla en bandoneon y Domingo Cura en percusión.

“Sabemos perfectamente que no estamos “haciendo folklore”, pues el folklore ya esta hecho y, a lo sumo, podremos hurgar en su esencia y en su raíces rítmicas para proyectarlo hacia hoy, de una manera mas o menos artística, según nos salgan la cosas. Por eso, insisto: esto no es folklore, es proyección folklórica. A no confundir, ya que es mucha la confusión y desconsiderado el manoseo.


Y tanto lo sabemos asi, que pretendemos llevar nuestro respeto al extremo de no creer que una composición actual, que tenga el mismo ritmo y medida que una chacarera, pueda llamarse asi. Si no tienen anonimato, tradición, empirismo, popularidad, si no esta colectivizada ni se ubica localmente, no es folklórica, y debe denominarse “aire de” chacarera, zamba, gato o la forma musical o coreográfica de la cual procede.”




En La bacha lo acompañan Oscar Alem en contrabajo, Domingo Cura en percusión, Jorge Padin en batería, percusión, Cacho Tirao guitarra de 12 cuerdas

“Este disco no quiere ignorar lo muy bueno que en el mismo terreno se hizo. No menospreciemos ni subestimamos la tradicional. He Sido, Hace 25 años, un imitador fervoroso de Adolfo Abalos, hasta el limite de descaro (claro, sin conseguir mas que una desteñida copia). Me excita oír a Atahualpa, o Alberto Rodríguez, a Mario Arnedo Gallo. Saboreo mi recuerdo de lo que tocaban los hermanos Diaz. Sin Embargo, también me estremecen Bach, Bartok, Bill Evans y Astor.

Pero nosotros no podríamos superar lo que aquellos hicieron, en su mismo juego, por razones de convicción, diferente idioma y otra sensibilidad. Enfocamos el asunto a nuestra manera, porque nos divierte, porque disfrutamos con ello, porque lo sentimos auténticamente, bueno, porque así nos gusta.”








En el año 2007 editaron el que seria el primer disco digital en Argentina, sobre una grabacion realizada en el año en el año 1985 en un piano y a cuatro manos, pero estas manos eran las de Oscar Alem y Eduardo Lagos el disco se llama Pianisimo.


Y en el mismo explica como se logro este bello cd.


“El asunto era en mi casa, donde es posible hacer ruido sin espantar vecinos. Como en tantos otros fines de semana, nos reuníamos, Cacho Ritro, Oscar Alem y yo, a jugar con la música. Esa tarde Cacho se acababa de ir y Oscar entro a divagar en el piano, sin tema fijo y a mi se me ocurrió la maldad: puse en marcha el grabador y le pedí, “A ver córrete”; se corrió espontáneamente hacia la izquierda del teclado, a mi me dejo los agudos y yo también empalme, ahora a cuatro manos. Solo una vez lo habíamos hecho así y por casualidad, en un homenaje a Domingo Cura.


Sin buscarlo surgió La Lopez Pereyra en una delirante improvisación como de diez minutos, que ojala podamos igualar alguna otra vez. aparecieron mas temas que fuimos recreando en la misma forma; o sea, Oscar identificado con los bajos, la armonía, el acompañamiento y yo cantando las melodías, sin caber nunca de antemano como iba a resolver una frase. No fue casual, es un reflejo de nuestra personalidad.”




“En un momento dado decidimos analizar lo que habíamos grabado en esas dos horas de aquel 23 de noviembre de 1983; no parecía tan espantoso, es mas hasta creíamos que tenia matices de originalidad dentro del campo de nuestra música popular argentina. No estábamos inventando nada y aun así nos gusto la idea de grabar un disco. Parafraseando a Oscar Wilde, “la mejor manera de terminar con la tentación es sucumbir en ella”.


Siguiendo el esquema inicial, nos repartimos el teclado por mitades: Oscar desde aquí para la izquierda y yo el resto, hacia la derecha, lo que no fue impedimento para que nos pisáramos los dedos en el medio, tierra de nadie nunca bien repetada.


Quisimos recordar a las fuentes al elegir el repertorio, para tocar a cuatro manos buscamos obras pertenecientes a lo mas tradicional de nuestra pasado musical argentino y, a dos manos, las compuestas por nosotros, que nacen de esa misma esencia y se desarrollan con nuestras propias formas de expresión. En la chacarera de Domingo, escrita por oscar en 1977 y dedicada al gran percusionista Domingo Cura, toque con el bombo legüero de Domingo el mismo que usa para grabar.


Espero que el bombo me lo perdone. En devolución de atenciones, Oscar toco el bajo en La oncena (¡que gracia! ¡él es contrabajista!) cuya música hice en 1956, casi un pecado de juventud.

Estas dos chacareras tienen la particularidad de ser “truncas”, modalidad ritmica exclusiva de algunas chacareras. 

Paradójicamente, estas chacareras permitieron que el disco no quedara trunco, pues completaron la eleccion del repertorio."



"Aquí es donde entran en escena Juan Pablo Ribeiro, diseñador grafico, y Carlos Piriz, ingeniero de sonido, junto con ellos tratamos de obtener resultados optimos en los diversos aspectos de esta producción de sonido, junto con ellos tratamos de obtener resultados optimos en los diversos aspectos de esta producción.

Pero volviendo a Piriz y aRibeiro, ambos oriundos de la republica Oriental del Uruguay han despertado dudas respecto de su fidelida al terruño pues nunca tomaron mate durante las sesione de grabacion, a despecho de las insistentes letanias de Oscar reclamando la verde infusión de un modo agobiante. En un cometario tan formal como este no deberiamos jamas elogiar su calidez, su idoneidad profesional, su invariable buen humor ni mucho menos la mutua afinidad artistica, que los llevo a ser tan cómplices nuestros en al producción de este disco. 


Según filosóficas palabras de Oscar, “ellos armonizan con nosotros con las misma alteraciones, sin que ninguno se altere”.

POST SCRIPTUM: “alteración”: modificacion de un sonido o intervalo mediante un sostenido o bemol."


Eduardo Lagos Buenos Aires, en el verano de 1985.


2 comentarios:

    Imperdibles las palabras de Eduardo Lagos y el blog!!! una joya, gracias!!!
    María Laura

     

    Eduardo lagos es un grande del folklore argentino, un honor tu visita a este humilde blog.

    Para cuando un concierto?

     

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